jueves, 18 de febrero de 2010

LETANIAS EN FAVOR DE LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados. R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a mis hermanos y parientes.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a cuantos debo amor y oración.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que han faltado contra mí.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a aquellos a quienes profesais predilección.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que os desean más ardientemente.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que sufren más.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que están más lejos de su liberación.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que menos auxilio reciben.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los mas pobres.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los reincidentes que solo por un milagro de la Gracia se han salvado.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los obispos y sus consejeros.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a mis maestros y pastores de almas.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia Católica.R.- Jesús mío, misericordia
Ayudad a los defensores de la santa fe. Jesús mío, misericordia
Ayudad a los caídos en los campos de batalla.Jesús mío, misericordia
Ayudad a los sepultados en los mares.Jesús mío, misericordia
Ayudad a los muertos repentinamente.R.-Jesús mío, misericordia
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.R.-Jesús mío, misericordia

miércoles, 17 de febrero de 2010

EL SANTO VIACRUCIS

SALMO 51(50),3-4.5-6.12-13.14.17.


¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas!
¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí.
Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable;
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga:
Abre mis labios, Señor, y mi boca proclamará tu alabanza.

martes, 16 de febrero de 2010

CONSAGRACION AL INMACULADO CORAZON DE MARIA


Oh, corazón inmaculado de María
lleno de bondad, muéstranos tu amor.
Que la llama de tu corazón, María,
descienda sobre todos los hombres.

Nosotros te amamos inmensamente,
imprime en nuestro corazón el verdadero amor,
así tendremos un deseo continuo por ti.

Oh, María dulce y humilde de corazón,
acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado.
Tu sabes que todos los hombres pecan.
Concédenos por medio de tu corazón inmaculado
ser curados de toda enfermedad espiritual.
Haz que siempre podamos
contemplar la bondad de tu corazón maternal
y por medio de la llama de tu corazón
haz que nos convirtamos a Dios. Amén.

Esta oración fue dictada por la Santísima Virgen María a Jelena, una vidente en Medjugorje.

lunes, 15 de febrero de 2010















ALMA DE CRISTO


Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame
.
Sangre de Cristo, embríagame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
¡Oh buen Jesús!, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Tí.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Tí,
para que con tus santos te alabe,
por los siglos de los siglos.

domingo, 14 de febrero de 2010


TE AMO,
OH DIOS MIO



Te amo, Oh mi Dios. Mi único deseo es amarte hasta el último suspiro de mi vida.
Te amo, oh infinitamente amoroso Dios, y prefiero morir amándote que vivir un instante sin Ti.
Oh mi Dios mío, si mi lengua no es capaz de decir a cada momento que te ama, quiero que mi corazón lo diga tantas veces cuantas respiro.
Dios mío, concédeme la gracia de sufrir amándote y de amar sufriendo y el día de mi muerte no solo amarte sino sentir en mi corazón que te amo.
Te pido que aumente a cada instante mi Amor hacia Ti.

sábado, 13 de febrero de 2010

DIOS MIO: YO CREO, ADORO, ESPERO Y TE AMO.
TE PIDO PERDON POR LOS QUE NO CREEN, NO ADORAN, NO ESPERAN Y NO TE AMAN.


viernes, 12 de febrero de 2010

Glitter Words

DIOS ETERNO, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu bondadosa mirada y aumenta Tu misericordia en nosotros para que en los momentos difíciles, no nos desalentemos ni nos desesperemos, sino que, con la máxima confianza, nos sometamos a Tu Santa Voluntad, que es Amor y Misericordia misma. Amen.


SANTISIMO CORAZON DE JESUS

¡Oh Santísimo Corazón de Jesús!, fuente de todas las bendiciones,
yo te adoro, yo te amo, y con sincero arrepentimiento de todos mis pecados,
yo te ofrezco éste mi pobre Corazón. Hazlo humilde, paciente, puro y totalmente sumiso a tu voluntad.
Concédeme, misericordioso Jesús, poder vivir para ti y por ti,
protégeme en todos los peligros, confórtame en mis tribulaciones,
dame salud y ayuda en mis necesidades temporales,
tu bendición mientras vivo y el favor de vivir en tu gracia. Amen.



ORACION INDULGENCIADA A SAN JOSE


Glorioso Patriarca San José, obtén de nuestro Señor Jesucristo, te lo suplicamos, las más abundante bendiciones para todos aquellos que santifican los domingos y fiestas de guardar.

Obtén para aquellos que los profanan que comprendan, ahora que todavía hay tiempo, el mal que cometen, y que se conviertan prontamente temiendo los castigos que merecen en esta vida y en la otra.

Fidelísimo José, tú que el día del Señor cesaste todo trabajo en tu taller, y en compañía de Jesús y María cumpliste con una visible piedad los deberes religiosos, bendice la obra piadosa de la santificación de las fiestas, erigida sobre tu potente patronato.

Haz que esta bendición se propague en todas las casas, en todos los comercios y en todos los talleres, para que pronto todo el pueblo cristiano, en esos días de fiesta, se abstenga de todo trabajo prohibido, se ocupe seriamente de la salvación de su alma, y rinda gloria a Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

(300 días de indulgencia. Pío X, 1905)

ORACION INDULGENCIADA

Oh misericordiosísimo Jesús,
Vos que os consumís en un Amor
tan ardiente por las Almas,
os imploro, por la Agonía de Vuestro
Santísimo Corazón y por los dolores de Vuestra Madre Inmaculada,
purificad con vuestra Sangre a todos los pecadores de la tierra,
que están en agonía y que hoy mismo deben morir.
Corazón agonizante de Jesús tened piedad de los moribundos.
Así sea.

jueves, 11 de febrero de 2010


ORACION A MARIA SANTISIMA POR LA SALUD DE LOS ENFERMOS
Autor: Su santidad Juan Pablo II

Oh Virgen María, Salud de los enfermos,
que has acompañado a Jesús en el camino del Calvario
y has permanecido junto a la cruz en la que moría tu Hijo,
participando íntimamente de sus dolores,
acoge nuestros sufrimientos y únelos a los de Él,
para que las semillas esparcidas durante el Jubileo
sigan produciendo frutos abundantes en los años venideros.

Madre misericordiosa, con fe nos volvemos hacia Ti.
Alcánzanos de tu Hijo el que podamos volver pronto,
plenamente restablecidos, a nuestras ocupaciones,
para hacernos útiles al prójimo con nuestro trabajo.
Mientras tanto, quédate junto a nosotros en el momento
de la prueba y ayúdanos a repetir cada día contigo nuestro "sí",
seguros de que Dios sabe sacar de todo mal un bien
más grande.

Virgen Inmaculada, haz que los frutos del Año Jubilar
sean para nosotros y para nuestros seres queridos,
prenda de un renovado empuje en la vida cristiana,
para que en la contemplación del Rostro de Cristo Resucitado
encontremos la abundancia de la misericordia de Dios
y la alegría sin fin del Cielo.
Amén!


ORACIÓN AL PADRE PÍO POR LOS ENFERMOS

Santo Padre Pío, ya que durante tu vida terrena mostraste un gran amor por los enfermos y afligidos, escucha nuestros ruegos e intercede ante nuestro Padre Misericordioso por los que sufren.
Asiste desde el cielo a todos los enfermos del mundo;
sostiene a quienes han perdido toda esperanza de curación;
consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores;
protege a quienes no pueden atenderse o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia;
alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar;
vigila a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa;
acompaña a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos; alumbra a quienes pasan una "noche oscura" y desesperan;
toca los miembros y músculos que han perdido movilidad;
ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan; apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran;
calma a quienes se estremecen por dolores y calambres;
concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan; devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia;
disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos;
vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento;
guía a los moribundos al gozo eterno; conduce a los que más lo necesitan al encuentro con Dios;
bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia y los protegen con caridad.
Amén.

ORACION POR LOS ENFERMOS

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades, para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia; escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a la Pasión de Cristo para la redención del mundo. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.


martes, 9 de febrero de 2010


ORACION POR LOS SACERDOTES

Jesús Eterno y Sumo Sacerdote, guarda a tus sacerdotes al amparo de tu Santísimo Corazón. Haz que crezcan en amor y fidelidad hacia Tí y presérvalos del contagio del mundo. Dales con el poder de la transubstanciación del pan y del vino, el poder y la fuerza de transformar los corazones. Bendice su trabajo apostólico con abundantes frutos y concédeles después la corona de la vida eterna.
María, buena Madre de los Sacerdotes, alcánzanos santos religiosos y santas familias y acógenos a todos bajo tu protección.
María, Madre de los aspirantes al Sacerdocio, alcánzales, la gracia de la perseverancia. María, Madre Dolorosa, con tu inmensa bondad, haz que los sacerdotes extraviados vuelvan al Buen Pastor. Ofrece al Eterno Padre, la Preciosa Sangre de tu Divino Hijo, por los sacerdotes que sufren en el purgatorio y envía a los santos ángeles para que los conduzcan al cielo. Amen

domingo, 7 de febrero de 2010


ORACION DE LA SANGRE DE CRISTO


Señor Jesús, en tu nombre y con el poder de tu Sangre Preciosa sellamos toda persona, hechos o acontencimientos a traves de los cuales el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que los habitan (nombrar a cada una de ellas) , las personas que el Señor enviará a ella, asi como los alimentos y los bienes que El generosamente nos envía para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual, los negocios de toda nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires, las vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos, paredes, pisos y el aire que respiramos y en fe colocamos un circulo de Su Sangre alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a tratar (nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y accion del maligno. Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la Santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su corte de Santos Angeles.

Con Tu Sangre Preciosa sellamos los actos, mentes y los corazones de todos los habitantes y dirigentes de nuestra Patria a fin de que Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.
Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos sido salvados y somos preservados de todo lo malo.

CONSAGRACION A LA PRECIOSA SANGRE DE CRISTO

Consciente de mi nada y Tu sublimidad, Salvador misericordioso, me postro a tus pies y te doy gracias por tantas mercedes, que Tu me hiciste a mi, criatura ingrata, especialmente porque me has liberado por tu Preciosa Sangre, de la fuerza perniciosa de Satanás.
En la presencia de mi querida Madre María, de mi angel custodio, de mis Santos Patronos y de toda la corte celestial, me consagro, oh querido Jesús, con corazón sincero, voluntariamente, a tu Preciosa
Sangre, con la que has liberado al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Te prometo despertar y fomentar la devoción a tu Preciosa Sangre por el precio de nuestra salvación, en lo posible, con tu ayuda y segun mis fuerzas, para que Tu Sangre, digna de adoración, sea honrada y glorificada por todos. De esta manera querría reparar mi infidelidad contra tu Preciosa Sangre de Amor y dar satisfacción por tantas profanaciones, que los hombres te ocasionan al precio de su salvación.
Oh, podría yo deshacer lo hecho por mis propios pecados, mi frialdad y todas las profanaciones que te han ofendido, Preciosa Sangre. Mira, querido Jesús, ofrezco mi amor, la veneración y adoración, que a tu Preciosa Sangre han ofrecido tu Santísima Madre, tus discípulos fieles y todos los Santos y te pido que no pienses en la infidelidad y frialdad que he tenido hasta ahora, y que perdones a todos los que te han ofendido.
Límpiame, oh Salvador divino y a todos los hombres, con tu Preciosa Sangre, para que te amemos de todo corazón y veneremos dignamente el precio de nuestra salvación. Amen

ACTO DE CONTRICION

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con las penas eterna del infierno.
Ayudado con tu Divina Gracia, propongo firmemente nunca mas pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, para el perdón de mis pecados. Amen.